En un rincĂłn del norte de España se celebra un torneo exhibiciĂłn que desafĂa toda lĂłgica del tenis profesional. No se juega en cemento, cĂ©sped ni polvo de ladrillo. Tampoco en estadios techados. Se disputa en la arena, en la playa, y depende, literalmente, de las mareas. Es el Torneo Tenis Playa de Luanco, una joya del deporte que combina tradiciĂłn, ingenio y un entorno natural inigualable.
Todo comenzĂł en el verano de 1971, cuando un grupo de amigos improvisĂł una cancha en la playa La Ribera de Luanco, utilizando una red de pesca, palos para marcar las lĂneas y una escalera como silla de juez. Lo que parecĂa una simple ocurrencia veraniega se transformĂł en una instituciĂłn deportiva que, con el tiempo, atraerĂa a campeones de Roland Garros, figuras del circuito ATP y miles de espectadores fascinados por una experiencia que solo se puede entender viĂ©ndola en acciĂłn.
En 1972, nació formalmente el Club de Tenis Playa. Desde entonces, el torneo ha crecido de manera orgánica, convirtiéndose en una tradición que moviliza cada año a toda la ciudad de Luanco. En 1996, se fundó el Club de Tenis Luanco, que hoy organiza el evento. Sin embargo, el corazón del torneo sigue siendo el mismo que en sus inicios: el mar decide.
Desde 1995, el torneo ha contado con la participación de algunos de los mejores jugadores del mundo, como Alex Corretja, Sergà Bruguera, Carlos Moyá, Albert Costa, Juan Carlos Ferrero, Félix Mantilla, Francisco Clavet, Carlos Costa, Emilio Sánchez-Vicario, Feliciano López, Fernando Verdasco, Tommy Robredo, David Ferrer, Nicolás Almagro, Younes El Aynaoui, Cédric Pioline, Gastón Gaudio, Jiri Novak, Mariano Zabaleta, Juan Mónaco, Juan Ignacio Chela, Guillermo Cañas, Diego Schwartzman, Pedro Cachin, Benoit Paire, Dominic Thiem y Richard Gasquet, entre muchos otros.
El Ăşnico torneo que se juega cuando baja la marea
La singularidad del Torneo Tenis Playa radica en su superficie y su calendario. La cancha se monta sobre la arena de la playa, una vez que la marea baja lo suficiente para dejar espacio seco y firme. En ese momento, los trabajadores locales rastrillan la arena, marcan las lĂneas y arman una cancha reglamentaria. Cada dĂa, la programaciĂłn cambia, ya que la hora de la bajamar se retrasa cerca de 50 minutos en cada ciclo, por lo general el primer partido se disputa despuĂ©s de las 18:45. Si un encuentro se retrasa demasiado, existe el riesgo de que la marea lo interrumpa.
Una nueva ediciĂłn con la presencia del argentino Cachin
Del 4 al 7 de agosto, en Luanco, se está disputando la ediciĂłn nĂşmero 38 con la presencia del argentino Pedro CachĂn —finalista de la ediciĂłn pasada, donde perdiĂł con su compatriota Diego Schwartzman—, los franceses Richard Gasquet y Benoit Paire, el austrĂaco Dominic Thiem, el letĂłn Edas Butvilas y los españoles BernabĂ© Zapata, Miguel Avendaño y Bernardo Munk.
El torneo se disputa bajo reglamento oficial de la Real Federación Española de Tenis, adaptado a las particularidades únicas del certamen. El formato principal es de eliminación directa, con fases previa y final, aunque la organización puede prescindir de la primera y completar el cuadro con invitados especiales. Los partidos se disputan al mejor de tres sets: si hay igualdad 1-1, se define con super tiebreak, excepto en la final, donde se juega un tercer set completo.
Al ser consultado por Infobae sobre la experiencia de jugar en este tipo de competencias, Cachin respondiĂł: “Claramente, las condiciones de la cancha van cambiando a diario; depende de cĂłmo estuvo la marea ese dĂa, la deja de una manera u otra. Hay un estipulado que dice que la arena queda dura cuando baja la marea, pero, por ejemplo, este año yo notĂ© que hay literalmente una montaña en una parte de la cancha porque es ahĂ donde termina la marea, y de tantas veces que llega y se va el agua, se generĂł una montaña y eso no se puede quitar; no pueden meter una retroexcavadora y aplanarla. El torneo tiene esta particularidad y es lo que lo hace Ăşnico: no es solo que se juega en la arena, sino que la superficie es de diferentes alturas. Hay que rebuscarse para jugar. Por momentos, pica mal y, por momentos, pica bien. En lĂneas generales, se juega mejor de lo que uno se imagina”.
Y continúo: “Como todo en la playa, está inclinada; para un lado corrés más rápido que para el otro, y para un lado las pelotas pican más afuera que para el otro. En cierto modo, es divertido; incómodo, pero en esa diversión encuentras la comodidad”.
En su primer dĂa de participaciĂłn en la arena de La Ribera, el argentino venciĂł al local Bernardo Munk con un marcador de 6-3 y 6-3. El cordobĂ©s en la siguiente instancia jugará con otro español, BernabĂ© Zapata.
Luanco ofrece una experiencia distinta, donde hay que adaptarse a lo que hay: arena hĂşmeda, viento, y una pelota que no siempre pica igual. Acá no se discuten milĂmetros ni se apela al ojo de halcĂłn. Se juega con lo que toca, y el mar decide hasta cuándo. En ese desorden tan real está el verdadero encanto del torneo.